“¿Cómo es posible que a veces las cosas más sencillas sean las que más nos cuesten? Como cuando te enseñan un paso de danza africana, te pones a hacerlo y piensas: “Ya, pero a mí no me sale igual”. Entonces te explican que tienes que dejar sentir el ritmo en tu cuerpo, tienes que vibrar con la música. Sólo así consigues sacar un movimiento rítmico, libre y visceral.
Pero tu mente, tan acostumbrada a que le digan cómo tiene que ejecutar el movimiento exactamente, se pregunta: “Vaya, ¿eso cómo se hace?”. Y te encuentras con que no hay respuesta lógica, la respuesta está en tus entrañas.
Hay que soltar el miedo al ridículo, soltar las rigideces, los complejos, las normas que limitan tus movimientos, el estrés, soltar la tristeza, mover el enfado, hasta que tu cuerpo empieza a generar esa sensación tan placentera que hace que, sin saber por qué, sonrías de felicidad. A partir de ese momento empiezas a disfrutar del placer de una danza que te conecta con tu yo más primitivo.
Y lo mejor de todo es que no hace falta ir acompañado, tener una base de danza, ni una memoria de elefante para aprenderte las coreografías. No tienes por qué hacerlo exactamente igual que nadie. Aprende los pasos básicos, muévete al ritmo de los tambores y, eso sí, no pienses más de la cuenta.
Disfruta cada miércoles en Radio City con el profesor Richard Kobena de un baile realmente terapéutico.¡Verás cómo te diviertes!

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