Una vez más, Kolo nos sorprende con una colección de creaciones que aúnan su maestría en el trazo, sencillo y contundente, con esa vida interior propia, rica en vivencias, anécdotas y emociones.
Se trata de un conjunto de obras realizadas entre 2017 y 2018 con distintas técnicas, donde el juego del color adquiere protagonismo para reflejar ambientes urbanos en apariencia vistosos, pero que dejan en el observador un regusto amargo de decadencia. Aquí reside la maestría del autor, capaz de aunar ambas percepciones con abrumadora eficacia.
Los personajes de esta colección muestran rostros heridos, de miradas perdidas hacia dentro, rostros que invitan a pensar, a ahondar en la causa del dolor, y uno podría permanecer horas frente a ellos, adentrándose en estos mundos recubiertos por una capa de superficialidad que dulcifica sus particulares tragedias.
Y lo que trasluce en todos ellos es su soledad en el gran collage de la sociedad. Amores artificiales, corazones rotos, tristes caperucitas que se preguntan por dónde andará su lobo, mujeres quedas, detenidas en la ausencia de esperanza, y el terrible miedo al folio en blanco, a la vida en blanco, a la inexistencia antes y después de la muerte.
Resulta difícil permanecer impasible ante el zarpazo de realidad al que nos somete Kolo, con aparente inocencia. El visitante no saldrá indemne; pero ahí reside el arte y este es el mérito del artista, su capacidad de agitar lo que estaba dormido o en coma.
Una deliciosa e inolvidable experiencia.
La exposición se inaugura el día 12 de mayo a las 19:00 horas y basta mirar el programa para adivinar que el acto será una fiesta:
- Lectura poética a cargo de Alex Badal, con Monty a la guitarra.
- Comedia teatral de Vicente Marco.
- Y acompañando ambos microeventos, la PINTURA EN VIVO de Kolo.
¿Se puede pedir más? Sí. Se puede pedir un rosadito fresquito, y en este caso correrá a cargo del GRUPO COVIÑAS,
completando un acto al que no puedes faltar.
* De lunes a viernes de 17:00 a 20:30 h (sábados y domingos con cita previa)