Detrás del gracioso título “Ma maman est en amérique, elle a rencontré Buffalo Bill” (Mi mamá está en América, ha conocido a buffalo Bill) hay un anticuento de hadas, una historia profundamente triste, que puede ser leída bajo diferentes cristales. Una película que rinde homenaje al fin de la inocencia y a los secretos custodiados por la delicadeza de las mentiras piadosas.
La cinta de animación, que se presenta en el Instituto Francés, está basada en el comic escrito por Jean Regnaud e ilustrado por Émile Bravo, ganador del premio Les Essentiels d’Angoulême, y llegó al cine bajo la dirección de Stéphane Bernasconi.
Su protagonista es Jean, un niño que recién empieza “la escuela de mayores”, que tiene un hermano pequeño, un papá y… que no consigue explicarse el paradero de su madre hasta que su vecina comienza a leerle en secreto las cartas que le envía su madre.
Es más fácil entrecerrar los ojos y jugar a indios y vaqueros que atreverse a levantar esa cortina que adivina, esconde una verdad que no quiere conocer.
“Ma maman est en amérique, elle a rencontré Buffalo Bill” es una manera de acercar a los niños a la sensibilidad gala y al idioma francés y de probar a los mayores que solo hace falta ser grandes de corazón para entender esta película.