De entre todos los largometrajes que se estrenan este fin de semana, nos gustaría recomendaros la película noruega Blind. Esta película dirigida por Eskil Vogt. El premiado guionista de Oslo, 31 de agosto debuta como director con este peculiar y obsesivo drama. En él se trata la ceguera de Ingrid, una espléndida Ellen Dorrit Petersen, que vive auto recluida en casa desde que se quedó ciega. Su vida se desmorona, sobretodo su relación con su marido Morten, interpretado también brillantemente por Henrik Rafaelsen. En este compendio de solitarias relaciones urbanitas destaca el personaje de su amigo Einar (Marius Kolbenstvedt), que se pasa las horas muertas viendo porno online y espiando a su vecina Elin (Vera Vitali), de manera compulsiva.
Eskil Vogt reflexiona sobre el nuevo punto de vista que aporta su film al cine protagonizado por ciegos: “la ceguera paradójicamente, es muy cinematográfica porque contiene los aspectos fundamentales del cine: ver y ser visto, la luz y la oscuridad. Descubrí que los invidentes no viven en la oscuridad más total. Su mente reproduce imágenes. Sobre todo en el caso de los que vieron en algún momento de su vida. Mi objetivo era captar esas imágenes interiores y alejarme de una vida sumida en la oscuridad”.
La película mezcla situaciones muy duras y comprometidas con momentos más ligeros. Se muestra muy interesada en reflejar la sexualidad de las personas ciegas. Eskil se deshace en halagos con la protagonista de su película: “Ellen se preparó tan a conciencia que la ceguera formaba parte de su lenguaje corporal, de sus gestos. Lo real y la autenticidad de su interpretación impresiona”.
El largometraje ha sido galardonada con el premio al mejor guión en el prestigioso Festival de Sundance. Es innovador por su encomiable ejercicio de experimentación visual y narrativa. No solo es una película sobre la ceguera, es una denuncia de la sociedad actual. Llena de soledades, melancolías sentimentales y miedos inconscientes. Pocos films tienen unas altas cuotas de imaginación e ingenio como el debut de Eskil. Destaca sobremanera el uso brillante del sonido y de los encuadres. Uno de los objetivos del director/guionista es que el espectador no pudiera adelantarse a los acontecimientos ni a las decisiones de los protagonistas. El solipsismo contemporáneo ya relegado en otros largos como Wonderland de Winterbottom, aquí se muestra de manera más concis0 y brillante. Eskil retrata un mosaico de personajes urbanos del que es imposible no sentirse parte.
La doble línea argumental mezclando la realidad con la novela que esta escribiendo Ingrid es uno de los puntos fuertes, que quizás pierda algo de fuelle al final con su domesticación. Pero igualmente, y a pesar de esto, es una película para salir maravillado de la sala de cine. No es casualidad sus buenas criticas y sus premios en Sundance, Berlín o Estambul. Ademaá de triunfar en su país, la academia de cine noruego la nominó a siete premios y se llevó cuatro, incluyendo el de Mejor Película.