Del 13 al 20 de noviembre

No te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes.
En el caso de un móvil hasta que decide apagarse y no volver a encenderse nunca más. En ese momento comienza tu peregrinación por todas las fases del modelo de Kübler-Ross.
Negación: Sé que te vas a encender, lo sé, lo sé, no me puedo creer que me vayas a dejar.
Ira: ¿¡Cómo me puede estar pasando esto a mí!?
Negociación: Dios, obvia el detallito ese de que no creo en ti y resucita mi móvil.
Depresión: ¡Mi vida online ya no tiene sentido!
Antes de llegar a la última fase, la aceptación, entré en bucle y pasé de la ira a la depresión, de ahí a la negociación, pasando de nuevo por la ira, depresión, negación, ira, depresión, ira, ira, ira y finalmente aceptación.

En este punto hice alarde de mi racionalidad y decidí comprar un terminal. Como mi tarjeta SIM era antigua (grande) en la tienda la recortaron para que pudiera introducirla en el móvil nuevo que en principio requería una micro SIM (más pequeña). Hasta ahí todo iba viento en popa. Una vez en casa, el factor sorpresa entró en escena. En las instrucciones leo “coloque la tarjeta nano SIM”. No micro, no, nano. Sudor frío. El riego sanguíneo no llega a mi cerebro e intento meter a toda costa algo muy grande en un espacio muy pequeño…hasta que me doy cuenta de la evidencia…¡ahora sí que me he quedado SIM móvil!

Cuando empiezo a plantearme seriamente que en mi vida anterior fui Hitler y que al universo ya le he compensado por todas mis faltas y las de mi prima, voy a la tienda más cercana de mi operador y pido que, por favor, dupliquen mi tarjeta. ¡Eeeerrrrrooooorrrrr! Mi número está a nombre de mi madre y tiene que venir ella con su DNI hasta aquí para dar su consentimiento. Mi santa madre vive a 500km de Valencia. Ella y su DNI…ira, depresión, negación, ira, depresión, ira, ira, ira…

Paradojas de la vida, descubro que cualquier operador de la competencia está dispuesto a proporcionarme el duplicado de la tarjeta “nano SIM” en 3 días si hago la portabilidad y no me preguntan ni por mi madre ni por su DNI. Total, el jueves, cuando estéis leyendo esto ya tendré móvil, tarjeta nano SIM, operador y nueva vida online.

¿Qué he aprendido de todo esto? Que cuanto más pequeña es la tarjeta de tu móvil más grandes son tus problemas. Que bajo ningún concepto te deshagas del ladrillo que tenías antes de tu smartphone porque de una situación como esta siempre te salva. Y que hay cosas que no valoras hasta que las pierdes, pero hay otras que no valoras hasta que las necesitas.

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¡Feliz semana, nanolecoolers!

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