Hace tiempo que llevo rumiando algo que me inquieta… ¿Por qué las cosas se ponen de moda? ¿Quién lo decide? Hablo no solo de la moda en sí, del peinado o los colores que serán tendencia, sino también de esas pequeñas cosas que de repente vuelven a estar ‘en el candelero’ y son lo más in. O lo que hace dos años era cutre o absurdo y ahora todo el mundo lo quiere. O a lo que nunca te imaginarías que te pudiera gustar y ahora mueres por tenerlo, llevarlo o serlo.
El baile ‘swish swish’, los unicornios, los pantalones por los tobillos, las gafas sin cristales, beber vermú, ser influencer, los bolsos de paja, ir a festivales (y coleccionar las pulseritas), no depilarse las axilas, el septum, tatuarse un brazo entero antes de cumplir los 18, ser adolescente y demostrarlo a todas horas en tu cuenta de Insta, hacer crossfit, ser veggie… y así infinito.
¿Pero qué hace que las cosas se pongan de moda? Digamos que se debe a un combo. Cuando en una coctelera mezclamos nuevos productos o nuevas versiones de los ya existentes, personas con capacidad de arrastrar al resto y con credibilidad, un mensaje con gancho y atractivo y un entorno donde moverlo, agitamos… et voilá! Tenemos una tendencia lista para consumir. En Le Cool estamos listos para empaparnos de todo lo que se mueve para contártelo. Ponte las pilas y haznos follow! Síguenos en Facebook, Twitter e Instagram o suscríbete a nuestra Newsletter.