Impresiones e impresionistas

Tras una nueva edición del Festival Internacional de Benicàssim, el estado de ánimo que una tiene no deja de sorprenderle. Ha sido un año triunfante, un cartel excelente, ambiente inmejorable y un público incansable. Se podría decir que no faltó nada, más días si hay que pedir algo; y con un SOLD OUT histórico.

El sábado de FIB tiene la fama de ser el día grande del festival y si bien no carda la lana -es discutible que por calidad sea en esta edición el día fuerte- es, por nombres de cara al público, la apuesta segura de la programación. Bajo la canícula fue muy disfrutable el concierto de Cómo vivir en el campo, disfrutados un poco al azar vista la simpatía que me despiertan bandas con nombres largos (sirvan Hola a todo el mundo o No me pises que llevo chanclas como otros ejemplos). Lo mejor que se puede decir de su indiepop intrascendente -no lo entiendan ustedes mal- es que refrescaba dentro de la calina y  hacen de la ligereza virtud, cubriendo por sí solos la cuota de baile sonriente y despendolado (para ello nos faltaban este año, salvando las distancias, Chvrches). Aprobado alto. En el mismo escenario, casi cerrando jornada tuvimos a unos Nudozurdo repasando al público el abecedario del indie con más pretensiones -tampoco lo entiendan mal-. Pop intenso y al mismo tiempo relajado, a veces resultaban algo anticlimáticos dadas las horas y las intenciones del público; pero buen show el suyo en líneas generales.

En buena medida un festival como el FIB existe porque existen grupos como Surfin´Bichos. Aquí la trayectoria impone respeto al público sentido, aunque para la mayoría de las huestes anglosajonas buscando verbena y coyunda (vamos, los que fueron a ver a Liam Gallagher en ejercicio de endogamia) el interés por ellos fuese meramente coyuntural. Si existe una explosión de indie español, para bien y para mal, es en buena medida por Alfaro y compañía; y pese a caer en todos los clichés del género para el fan es una celebración casi litúrgica volver a verlos en un escenario.

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Mala Rodríguez supuso la cuota de eclecticismo propia del FIB de los últimos años, que lleva años pescando en el hip hop (De la Soul, Public Enemy…) en una inexplicable política: no van a atraer al fan fatal del rap y el público diana se lo toma a retranca.  De su concierto se puede decir que sigue siendo igual de sosa que en los tiempos de Lujo ibérico pero chulería tiene a capazos. La gente, sabedora que al festival se va a pegarse el gustazo, no hizo ascos a la andaluza. Disfrutable La Mala dentro del poco tiempo de atención que le brindé pues ya pensaba en otros menesteres y sufría la resaca de Dinosaur Jr. Unos clásicos del FIB, Mascis y Barlow, dando de lejos el mejor concierto de lo que llevamos de festival, cosa tanto lógica al ser -opinión personal, señores-  el mejor grupo de todo el cartel. A estas alturas un concierto de Dinosaur Jr es previsible y monolítico, pero una no se cansa de saborear un buen plato. Desde clásicos como Freak scene hasta himnos de nuevo cuño;nervio, distorsión y los solos de Mascis. Siempre con esa actitud punk de andar por casa, defendieron trono aunque competencia tenían poca, y regalaron al personal su buena dosis de ruido. Muy grandes.

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El plato fuerte de la jornada por promoción eran Red Hot Chili Peppers. La ortodoxia fiber y el público más exquisito llevaban tiempo abominando de su inclusión, aunque vista la cantidad de gente que atrajeron a su concierto los prejuicios debieron de quedar aparte. Los californianos no están en su mejor momento artístico ni en su pico de popularidad, pero son quien son y eso atrae. Hace tiempo -desde Californication- que confundieron madurar con envejecer, y que quizás siendo conscientes de su papel el concierto osciló entre una verbena de lujo y un karaoke masivo, y que sin John Frusciante la banda no tiene sentido, y tantas pegas más que caen en el olvido al escuchar Under the bridge o The Zephir Song. Decir que fue un concierto brillante sería faltar a la verdad, lo que pasa es que el oficio y la nostalgia muy bien.

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Fin de fiesta con Qwert, propuesta enérgica para cerrar noche con buen sabor de boca mientras los animales nocturnos buscaban acomodo en los consabidos paraísos artificiales. Un sábado muy sábado, qué duda cabe.

¡VIVA FIB!

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