Entrevistamos a Marisol Salanova, comisaria de la exposición Ten Years at the Zoo, que actualmente se expone en Las Naves hasta el 16 de Enero.
Hace poco que presentaste como comisaria la exposición colectiva “Ten Years at the Zoo”, ¿Cuál es la intención de la exposición? ¿Cómo surgió la idea?
Ten Years at the Zoo es una exposición de videoarte creado expresamente para Youtube con una selección de artistas nacionales e internacionales, a saber, Katie Torn, Lorna Mills, Vince Mckelvie, Andrés Galeano, Emilio Gomariz y Claudia Maté, acompañados por una instalación del artista Carlos Sáez, que en esta ocasión ha trabajado conmigo como co-comisario, quien considero que ha aportado tanto al proyecto que además de participar como artista lo justo es que compartamos mérito curatorial. Desde mi punto de vista, un artista puede ser a la vez artista y comisario de la misma exposición, pese a que sea una situación atípica. El comisariado es un campo flexible. La idea de esta muestra la hemos ido perfilando desde que supimos que la plataforma virtual de vídeos más famosa cumplía diez años y nos planteamos reflejar esa década de creación más allá del transfronterizo ciberespacio. Sáez tiene una carrera como artista digital súper interesante y conoce bien el medio, ha sido fantástico dilucidar juntos qué tipo de trabajos mostrar para cubrir los principales rasgos característicos del netart youtuber. Por ejemplo, una artista que trabaja con GIF, otra que investiga sobre cuerpo y avatar, otro en torno a los tutoriales, etc. Tampoco quisiera desvelar mucho, lo ideal es ir a verla, se encuentra en la sala de exposiciones de Las Naves, en Valencia, hasta el 16 de enero de 2016, luego itinerará.
De normal sabemos el punto de vista del artista, pero, ¿El comisario de arte qué funciones tiene en una exposición?
Como comentaba antes, para mí no hay “intrusismo profesional” entre comisarios, un comisario puede ser un gestor cultural, un crítico, un artista, un diseñador, incluso un coleccionista, si el proyecto se sostiene y funciona. Ahora bien, un comisariado implica muchas cosas, depende de cada proyecto y a qué institución se oriente; desde dar forma a una idea, articular un discurso, seleccionar artistas y obras, proponer un recorrido, diseño expositivo, presupuesto, texto de sala, hasta la imagen y promoción en medios, siempre de acuerdo con los artistas, trabajando mano a mano, procurándoles el lugar adecuado y las condiciones óptimas para exponer. Como mi experiencia es variada Formación Al Cuadrado me ha invitado a dar un curso sobre comisariado el mes que viene, lo imparto en el Centre Cultural La Nau (Universitat de València) 11 y 15 de enero, diez horas repartidas en dos días, un intensivo para el que creo que todavía quedan plazas pero requiere inscripción.
¿A qué situaciones te enfrentas como comisaria?
A veces las cosas no salen como has previsto y tienes que adaptarte a las circunstancias. Comisariando una exposición, un festival o una feria de arte siempre surgen imprevistos y a menudo he de mediar entre personas que siento que dependen de mí aunque no todo esté en mi mano. Confieso que en algunas ocasiones lo he pasado mal, se vive mucha presión.
Tu larga trayectoria profesional como comisaria te permite ser más selectiva a la hora de escoger el trabajo, ¿En qué te basas para elegir los proyectos?
Eso es cierto, tiendo a trabajar solo con equipos con los que me siento a gusto, artistas que aprecio, que como personas y profesionales merecen la pena, así como proyectos en los que creo. El trabajo honesto y coherente me atrae, las obras que están creadas desde la sinceridad, el sentimiento, a partir de una experiencia personal, son las que más me llegan. De manera intuitiva me vuelco hacia artistas cercanos al activismo, que defienden una causa, que promueven un cambio social o denuncian injusticias.
Hasta ahora, ¿cuál ha sido la exposición que has comisariado que más te ha marcado personalmente y cuál ha sido la exposición más polémica?
Todas me marcan, tal vez del año pasado Written in Ink, la exposición de fotografía de Mai Oltra, con retratos de personas tatuadas, sea de las que más hondo me ha calado porque con ella conseguimos generar todo un movimiento para romper con prejuicios y estereotipos sobre la belleza. Pero también Onstage, de Juanli Carrión, fue un proyecto que tengo muy presente ya que me costó más de un año conseguir la financiación y los permisos por el despliegue técnico que requería producirla, al constar de una gran instalación de madera natural con fotografías y vídeos. Respecto a la más polémica sin duda es Desenterrados, de Abel Azcona, en el Monumento a Los Caídos de Pamplona, ahora sala de exposiciones que trata de librarse de símbolos fascistas… Allí he comisariado una controvertida retrospectiva del artista. Por denunciar casos de pederastia en el ámbito eclesiástico a través de una de sus piezas, Azcona recibió críticas y amenazas de la ultraderecha católica y yo también. Así que es la que más me ha marcado personalmente este año, de hecho, continúa hasta el 17 de enero de 2016 aunque afortunadamente el acoso a ambos está cesando.
¿En qué sector del arte te sientes más cómoda?
Siempre he estado cómoda entre artistas, sin ellos no existiríamos los comisarios, críticos, gestores, ni los museos, ni el mercado del arte en sí. Me siento cómoda cuando se respeta a los artistas, en ese sector es en el que estoy bien.
¿Cómo ves el panorama artístico en Valencia (galerías, artistas, proyectos nuevos…)?
Aquí en Valencia el panorama me transmite optimismo, aire fresco, en general.
¿Con qué artista te gustaría colaborar en el futuro? ¿Por qué?
Me parece fundamental apoyar a los que están empezando, animarlos. Colaborar con artistas consagrados es el objetivo de la mayoría, a mí me gusta crear un marco de diálogo entre generaciones para facilitar oportunidades a los más jóvenes pues las necesitan. Hace meses comisarié un proyecto precioso titulado Incomplétudes para la galería Espai Tactel con obras de Rosana Antolí, Vicky Uslé y Ana Barriga, fue una experiencia buenísima pero me quedé con ganas de profundizar en el trabajo de cada una individualmente ya que en este caso se trataba de una colectiva. Espero volver a colaborar en el futuro. Por otro lado hay artistas jóvenes también como Arturo Comas, Claudia Frau y Eduardo Hurtado con los que sería feliz trabajando, estoy segura. Y de comisarios, ya que trabajar en colectivo me estimula un montón, desearía emprender algún proyecto con Adonay Bermúdez, admiro su talante y encuentro que conectamos fenomenal.