El 24 de septiembre de 1991 salía a la venta “Nevermind” de Nirvana. Ese día es una fecha emblemática en la historia del rock. Nadie en ese momento sabía lo que iba a suceder 4 meses después. Algunos como me confesó en una entrevista Bruce Pavitt, el fundador de Sub Pop, ya habían visto potencial en ellos. Pero nadie vislumbró la última revolución que sufrió el mundo de la música y del espectáculo en general. Incluso podríamos afirmar sin ser osados que el impacto de Nirvana llegó a todos los estamentos de la cultura, incluso la alta costura se rindió al grunge.
Un término dicen acuñado por la prensa inglesa para referirse a Mudhoney, y otros quizás con más razón aseguran que fue el cantante de estos el que soltó la palabreja de turno en plan burlón. La cuestión es que en cuatro meses, de ser unos desconocidos incluso en el mundillo independiente, pasaron a ocupar el número uno en el Billboard americano. Desbancaron al todopoderoso Michael Jackson y el tsunami fue impredecible. Todo el mundo quería saber de ellos, todas las discográficas se empeñaron en repetir la jugada y se esforzaron en encontrar sus propios Nirvana. Incluso en nuestro país llegaron a alcanzar el número uno, aunque seguramente empujados por el efecto bola de nieve y su número uno en USA.
No había canal de televisión que no programara sus videoclips, los casposos canales musicales patrios se esforzaban en seguirles la pista y todos los chavales quedamos impresionados por Kurt Cobain, un tipo con un carisma y un talento inaudito. Veías pantalones tejanos rotos y camisas de franela por todas partes y un nuevo mundo se abrió ante nuestros ojos. Los que consumían música pop, compraron el disco y quienes consumían rock, punk o heavy metal lo adoraron. Finalmente, todos acabamos canturreando los himnos pop más peligrosos del siglo XX y quizás muchos de nosotros sufrimos aun hoy en día, las consecuencias de esa actitud pesimista y negra sobre la vida.
Nirvana no inventaron nada, pero supieron dar con la tecla adecuada, exponiendo al mundo la música que se consumía en las cloacas de la industria musical. Alternativo, indie, grunge empezaron a ser términos mainstream y las revistas musicales, programas de radio y televisiones empezaron a bombardearnos con noticias reales o no, sobre la banda. En una época en la que internet no existía el boca a boca llevó a Nirvana a dinamitar la música desde dentro… Antes estuvieron cerca otros, como Sex Pistols, Pixies, Jane’s Addiction o Guns N’ Roses, pero siempre se quedaban a medio camino o simplemente la industria los devoraba. Nirvana llegaron un paso más allá…
La fórmula de Nirvana siendo minimalistas es sencilla: progresiones de acordes simples pero efectivas, mucha melodía pero con mucha rabia a la vez, canciones directas y unas letras encriptadas, nihilistas y llenas de poesía. Un trío en el que su mayor virtud residía en convertir la calma en tormenta tantas veces como fuera posible en 4 minutos. “Smells like teen spirit” es una de esas canciones que resultan tan perfectas que acabarían engullendo a cualquier banda, pero no fue así con ellos. En ese momento Krist Novoselic era el bajista y mejor amigo de Kurt y Dave Grohl machacaba con brutalidad los parches en la banda… pero los focos siempre se dirigían hacia Kurt. Quizás con el paso del tiempo y con su triste final ya pocos recuerdan su humor, pero pocos artistas me han hecho reír tanto como él. Sus locuras en programas televisivos eran una muestra más de que hasta la broma más inocente adquiría tintes de momento histórico. Véase su aparición en el Headbangers Ball de MTV disfrazado o su no menos memorable actuación en el Top Of The Tops inglés. Pocos videos o películas musicales demuestran mejor lo que es una banda como “Live tonight sold out” el vhs de esa película lo he quemado de tanto verlo… a la altura de grandes películas musicales como las de Led Zeppelin o The Who.
La presión recayó sobre la banda y especialmente sobre Kurt, si a eso le sumamos adicciones y problemas de autoestima, el desenlace final no debería de haber sorprendido a nadie. Tras su estela el resto de bandas de Seattle pudieron fichar por grandes sellos y vender millones de discos aunque si es cierto que grupos como Alice In Chains o Soundgarden gozaban de bastante éxito en el mundillo del rock más duro. Sub Pop pudo salvarse de la quiebra y seguir siendo hoy en día el sello norteamericano más excitante, y otras bandas gozaron de sus 15 minutos de gloria por sonar remotamente a las bandas de Seattle o por tener pintas grungeras.
Stone Temple Pilots, Monster Magnet, Blind Melon o Green Day serían trabajadores de hamburgueserías o empleados de gasolineras en la América profunda sin el pelotazo de “Nevermind”. Su efecto nos trajo la sinrazón de una segunda generación grunge con bandas tan soporíferas como prescindibles. Nickelback, Puddle Of Mud o Matchbox 20 eran ese tipo de bandas. Cuando Nirvana debutaron con el seminal “Bleach” nada hacía presagiar el futuro del cuarteto. Por entonces, Chad Channing era el batería y se acredita a Jason Everman aunque no tocó una sola nota pero si aportó los 600 dólares que costó la grabación del disco completo. A Chad se le echó de la banda tras insistir en aportar temas, Kurt no quería competencia creativa. Es más, cuando una vez fuera, se contrató a Grohl, este tocó justo lo mismo que previamente grabó Chad en las demos previas a la grabación.
Cuando hace unos años Nirvana ingresaron en el Hall of Fame, Grohl reconoció uno de los secretos de “Nevermind” y es que en un corte, la percusión que sonaba no era suya, era de Chad. Tras la Gran Explosión de “Nevermind”, Geffen y Sub Pop editaron una suculenta recopilación de cortes perdidos de la banda para aprovechar el tirón. Entremedias de este desenfreno la heroína se adueñaba poco a poco de Kurt y la “maléfica” Courtney Love entraba en escena. Gracias a Nirvana y su éxito firmaron un suculento contrato de 1 millón de dólares con solo un disco.
La escena musical había cambiado y Kurt estaba cada vez más arisco y se enzarzaba en disputas contra todos y todo, ya fuera Eddie Vedder y Pearl Jam o Axl Rose y Guns N’ Roses, todos podían recibir un dardo del de Aberdeen. No me extraña cuando bandas como Blind Melon, Helmet o Stone Temple Pilots se subían al carro para poder dirigir sus carreras musicales, no les quito mérito, pero el grunge era otra cosa. El grunge son Melvins, Mudhoney o Tad. Lo de llamar grunge a Pearl Jam siempre me pareció una broma de mal gusto y los volantazos de Alice in chains y Soundgarden sospechosos. Black Crowes o Beastie Boys no veían con buenos ojos a los nuevos reyes del mambo por lo que las tensiones eran el pan de cada día.
Cobain ofrecía titulares cada vez que abría la boca, que si era bisexual, que si era gay, que si no se drogaba, que si odiaba a los homófobos y a los machistas aunque fueran fans suyos, que si se reía de los hippies, etc… Pero luego siempre tenía tiempo para ayudar a las bandas que amaba, ya fuera Flipper, Cypress Hill, The Breeders o Daniel Johnston (cuanto zoquete anda por ahí con la camiseta que Cobain llevaba del pobre Daniel). El estatus de estrella mundial no iba con Cobain, que no dudaba en amenazar a la MTV si no ponía sus clips, o a las periodistas que insinuaban su adicción y la de su pareja. A la vez y a pesar de las amenazas de ciertos medios, no dudaba en rebajarse para evitar males mayores con bandas amigas. Su actuación en el Live and Loud se hizo tras ser amenazados con no radiar música del resto de bandas con las que compartían management. La rabia y la desesperación de esa actuación hacen palpable que Nirvana era una banda única.
TOP 10 (parte 1)
10- “Sliver” Merecería ser la primera pero son tantas y tan buenas que este corte de “Incesticide” abre el top con una canción endemoniadamente adictiva. Una injusticia que no salga en ninguno de sus discos “Oficiales”.
9- “Come as you are” uno de sus cortes más celebrados y una de las canciones más redondas del casi perfecto “Nevermind” si alguien se quedó con dudas tras el bombazo de “Smells like tren spirit” con esta ya no dejaron enemigos.
8- “Heart shaped box” primer sencillo de “In Utero” y un bombazo increíble, además contaba con un videoclip tremendo, por desgracia el mundo estaba cambiando y el mundo no se paralizó con este disco, unos tal Pearl Jam también tuvieron parte de culpa.
7- “You know you’re right”, un tema a medio hacer que acabó siendo completado post mortem y que fue el último número uno de la banda años después de la muerte de Cobain, en la imperdible caja “With the lights out” hay una versión acústica que te deja en estado de shock. Temazo tanto con Cobain solo como con banda.
6- “Curmudgeon”, una cara B de 1992 que vale su peso en oro, solo por el efectivo y extravagante riff de Cobain ya vale la pena adquirirlo, otro corte que acabó siendo recopilado para “With the lights out” imprescindible para todo aquel que no tenga suficiente Nirvana con los discos originales.