Yoshihiro Tatsumi no sólo es uno de los autores con mayor relevancia en el género gekiga, se puede decir que él es el fundador de este movimiento al que dio nombre, en el que las historias están enfocadas a un público más adulto, tanto por la temática como por el estilo y el tono que los autores proporcionan. El gekiga es de trazo más realista que el habitual de los mangas, donde se suele recurrir a aspectos caricaturescos, más acordes con el público infantil al que suelen estar dirigidos.
Tras publicar a Yoshiharu Tsuge, Gallo Nero Ediciones recupera la obra de Yoshihiro Tatsumi después de nueve años sin obras del maestro en nuestro país, y lo hace con Pescadores de medianoche, una antología de nueve historias cortas realizadas entre 1972 y 1973 y seleccionadas por él mismo para una edición que se hizo en Japón en 2013. En ellas, el autor analiza el auge económico que disfrutó Japón a principios de los años setenta y ochenta, con un desarrollo tecnológico espectacular que arrastró a miles de jóvenes a huir del mundo rural para acudir a las grandes urbes plagados de sueños y esperanzas de futuro. La realidad truncó esos planos y muchos acabaron en suburbios marginales.
Según Tatsumi, sus personajes, y las historias que estos viven, evidencian el tipo de vida de las clases sociales que intentan ascender en la escala social y fracasan estrepitosamente, viendo sus aspiraciones de éxito laboral, sentimental, e incluso sexual, frustradas. Aunque la temática de las historias está vinculada al costumbrismo, el volumen incluye El palacio de la mujer, un relato de ciencia-ficción que, pese a su ambientación futurista, no abandona el tono intimista de las otras historias de la antología, manteniendo así la coherencia del volumen.
Estamos pues ante un manga dramático, pero de fácil lectura en la que el dibujo es fiel reflejo de la época que representa, lleno de un realismo sencillo y muy estilizado. En definitiva, Pescadores de medianoche es una lectura que los amantes del gekiga disfrutarán y una genial puerta de acceso para los que desconocíamos ese género.