Hasta bien avanzada la serie no vemos un aviso de: ATENCIÓN las imágenes mostradas son muy explícitas y pueden herir la sensibilidad de los espectadores más jóvenes. [spoiler alert]
Minutos después presenciamos desde un rincón oscuro una violación. Gruñidos, muñecas apretadas con fuerza, susurros que piden silencio, bragas por las rodillas y a un adolescente gimiendo. Y no hace falta más. Una violación debería ser avisada al público siempre como un acto de violencia que puede dañar tu sensibilidad. Pero no suele ser así. Por 13 razones no es como cualquier serie para adolescentes.
Partiendo del elenco de actores (bravo por el casting) y la crudeza con la que es tratado el suicidio de una joven de 16 años, Por 13 razones nos permite ahondar en las consecuencias de nuestros actos. ¿Qué sociedad camufla a un excelente deportista y agresor sexual para mantener el status académico-deportivo de una Universidad? Pues la nuestra. No es ficción amigos. Esto ocurrió el año pasado en EEUU. Una chica fue encontrada detrás de un contenedor, inconsciente, semidesnuda. Un prometedor nadador abusó de ella. No sabía ni su nombre. 6 meses de cárcel porque la penetró “solo con sus dedos” y no con su pene.
SOLO CON SUS DEDOS.
El juez por lo tanto no considera un acto sexual ser penetrado con dedos. Con un palo, con la lengua… Violar, es decir, follar, es usar un pene y una vagina al unísono. Eso es lo que dice la sentencia. Y de eso se trata. Del PENECENTRISMO. Todo gira entorno a tenerlo o no tenerlo. Imaginad que cobrar más, ser violado o llamarte Paula, tuviera que ver con tener apéndice o muelas del juicio.
Hannah Baker, como esta chica de California violada por el nadador, sufre las consecuencias de esta cultura del machismo y el maltrato sistematizado. Las mujeres, somos tratadas como adornos, objetos, cosas en las que verter pasiones, odio, poder. La sociedad millennial ha llegado a ser cruel a niveles que, incluso a mí, nacida en los 80, me cuesta a veces entender. Viralizar una paliza, una broma, una agresión de cualquier tipo, es una amenaza real con la que los jóvenes hoy viven. Imagina caerte en clase de gimnasia y romperte el pantalón (#reallife) y que todo el colegio, el de al lado, tu vecina e incluso tu prima de Andorra te vea, en cuestión de minutos. ¿Quién puede sobrevivir a eso? ¿Quién no pensaría “hacerse un Hannah Baker”?
Por eso Por 13 razones debe ser vista por todos. Porque esto no es cuestión de ser o no ser un adolescente, sino de ponerse en el lugar del otro. De querernos. De cuidarnos. De tratarnos con respeto. Porque los marginados de hoy serán los guays del mañana, pero eso ellos todavía no lo saben y es nuestro deber decírslo:
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