Seguimos celebrando el 80 aniversario de Spirou de la mano de Dibbuks, y qué mejor manera que hacerlo con un Integral (1946-1950) que recoge las primeras aportaciones al personaje que hizo el genial Franquin, que tomó la serie tras el paso de Rob-Vel y Jijé.
Pero, antes de entrar en faena, vamos a hacer un repaso a la historia editorial de Spirou por estos lares. Va a ser un poco lío, pero creo que es necesario para entender lo que llevamos esperando para una edición así en España. La primera edición del personaje en España es de los años 60, a través de la editorial Jaimes, que publica varios álbumes de la serie castellanizando el nombre del botones como “Espirú y Fantasio”. Sin embargo, el intento más importante sería el de la editorial Mundis, que no solo lanzó los álbumes de la serie, sino que publicó también la famosa revista protagonizada por el personaje con el nombre de “Spirou Ardilla”.
En 1982 los derechos pasarían a Ediciones Junior, que publicaría en formato “álbum europeo” 45 de los números de esta colección. Con algunos saltos cronológicos, la editorial publicaría la serie hasta 1996. Hasta 2002 no volvería nuestro querido botones a visitar nuestro país, esta vez de la mano de Planeta-DeAgostini con una recopilación en siete tomos que tenía tres problemas importantes: un menor tamaño del original, la publicación en blanco y negro y el remontado de las viñetas. En 2008 la misma editorial lanzaría la línea “Las aventuras de Spirou y Fantasio”, esta vez en formato álbum a color y desde el número 47, pero sin una correcta numeración.
Y así hasta 2015, cuando todo cambió para bien, al hacerse Dibbuks con los derechos de edición y plantearse una tarea colosal: por un lado, retoman la serie “Las aventuras de Spirou y Fantasio” desde su número 51 francés y, esta vez sí, respetando la numeración original. Por otro lado, relanzan la serie “Una aventura de Spirou por…” – de la que ya os hablé en La mujer leopardo -, con historietas de diferentes equipos artísticos; y, por último, también lanzan la edición de coleccionista de Spirou comentada por Hugues Dayez, el Spirou de Yves Chaland (hasta ese momento inédito en España) y la esperada edición integral de Spirou.
La edición integral, que sigue la edición francesa de la editorial Dupuis, se inició en el tomo 12, que incluía la etapa de Nic y Cauvin, para luego continuar con los varios tomos que integran la etapa de Tome & Janry, hasta que, a finales de 2017, llegó el ansiado tomo 1, con la obra de Franquin.
En esta colección, cuidada al detalle, los amantes a las aventuras del botones más importante del mundo del cómic belga, por fin podremos seguir sus aventuras de forma cronológica, y no solo eso, con materiales inéditos, gracias a los cuales podremos disfrutar de la evolución del maestro Franquin, una de las figuras más relevantes de la Escuela de Marcinelle y el autor que más importancia ha tenido en la construcción de la serie y sus personajes, con permiso de sus creadores Rob-Vel y Jijé, como de la mayoría de los secundarios, pues la etapa de Franquin es superior a las que le siguieron, tanto la de Fournier como a las etapas de Tome y Janry o incluso Jijé y Rob-Vel, pues es bajo los lápices de Franquin donde se genera el verdadero espíritu de la serie y donde quedan marcadas las personalidades de cada uno de los personajes que por ella deambulan.
En este volumen se incluyen los álbumes “Cuatro aventuras de Spirou y Fantasio” y “Los sombreros negros”, las dos primeras entregas de Spirou, pero vienen precedidos por siete historietas completamente inéditas por estos lares, algunas tan maravillosas como “Radar el robot”, que aparecían en la revista homónima, además de bocetos y un sinfín de notas aclaratorias.
En definitiva, estamos ante una joya, en la que Dibbuks no solo ha cuidado la edición y la reproducción, sino también la traducción. Vamos a encontrar historias de aventuras, espionaje y ciencia ficción salpicadas de humor, pero hijas de su época, no olvidemos que tienen 80 años, y veremos tratamientos que hoy serían impensables como las referencias colonialistas, tan comunes en la cultura belga de principios del siglo XX. Historietas que son un maravilloso referente de su época y que siguen siendo frescas y divertidas casi un siglo después.