Los tres Globos de Oro recogidos en la ceremonia del pasado 8 de enero (mejor película dramática, mejor guion y mejor actriz) por parte de Tres anuncios en las afueras (Martin McDonagh, 2017) la convertían en uno de los estrenos más esperados de las últimas semanas y en una de las cintas preferidas, junto con Lady Bird (Greta Gerwig, 2017) y La forma del agua (Guillermo del Toro, 2017), en la carrera hacia los Oscars. Reconozco que había mucho hype alrededor de ella.
Tres anuncios en las afueras cuenta la historia de Mildred (Frances McDormand), una mujer que ha sufrido una enorme tragedia: su hija adolescente ha sido violada y asesinada. Ella hará todo lo posible por descubrir al responsable del asesinato de su hija, ya que las autoridades locales competentes llevan meses con el caso y todavía no han detenido a ningún sospechoso.
Una historia sencilla pero contada de manera extraordinaria, con unos personajes carismáticos y unos diálogos ingeniosos. Un gran guion en el que también debemos resaltar la naturalidad para pasar del drama a la comedia más negra.
La historia de Mildred transcurre en un pequeña población de Missouri. McDonagh se sirve de este entorno rural para retratar las miserias de la América profunda y poner de relieve algunos de los problemas de la sociedad americana, como el racismo, la homofobia o la violencia hacia las mujeres.
Si hay que buscarle algún defecto a la película, éste seria la falta de credibilidad de algunas de las situaciones a las que se enfrentan los personajes. Un defecto que se ve disimulado por el enorme trabajo de interpretación de todos los actores, en especial de McDormand, la principal responsable de que la cinta funcione tan bien y de que el espectador quede perplejo en la butaca del cine.