Imagina por un momento que has estado en coma los últimos 40 años, o que eres el protagonista de una serie que mezcla “Life On Mars” con “Goodbye Lenin” y que claro, tras cuarenta años en el limbo, te interesa saber que ha pasado musicalmente en las islas británicas en los últimas cuatro décadas… Tienes dos opciones: o te pasas horas y horas escuchando música o te haces con Trick, el cuarto disco de Jamie T.
El británico ha logrado al fin su disco más completo, a base de saltar de estilo en estilo, en un calidoscopio musical al alcance de muy pocos. Melodías pop, aires punk, grime o Uk Garage, Brit Pop, Trip hop, neo folk, sonido Madchester… Todo eso y más en un disco corto pero muy rico en matices. Si en sus tres anteriores había logrado un sello propio, ahora lo lleva al punto de darle la vuelta al calcetín y pervierte la música de los últimos 40 años para que suenen a Jamie T.
El talentoso multi instrumentista de Wimbledon está en estado de gracia en un disco que debería regalarse en las escuelas. El disco se abre con “Tinfoil Boy” una, sobrecogedora canción que sonando a Jamie T al 100% es oscura, intrigante, una puesta al día de dos estilos tan opuestos como el folk y la electrónica. Jake Bugg lo intentó en su último disco y el batacazo fue épico. Los experimentos o funcionan o fracasan, no hay término medio. El clip del tema de Jamie T te deja un mal cuerpo terrible.
El eurobeat ochentero y el Grime más furioso crean un tsunami musical en la desconcertante “Power Over Men”, en el segundo single con un clip lleno de sexo sucio, del que gusta en las islas británicas. Es un retrato de una mujer amoral, pero que dentro de su amoralidad es más persona que sus clientes, un retrato social que pocos se atreven a enseñar. ¿Musicalmente? Suena a lo que intentan una y otra vez The Last Shadow Puppets y rara vez consiguen: retros pero no caducos. Jamie vuelve a salir vencedor.
“Tescoland”, para aquel que haya visitado muchos días o haya vivido en Londres, sabe que Tesco es un way of life. Rock simple con tintes ochenteros y new wave.
“Police Tapes”, políticamente incorrecta en el país con más cámaras de seguridad del mundo, es una denuncia social barnizada en un arrastrado tema con raíces trip hop.
“Dragon Bones” suena a The Haçienda, el mítico antro de Manchester, como si Happy Mondays no hubieran desaparecido nunca… se puede bailar y tener conciencia social. Sublime.
¿Cómo explicarle a alguien el cambio musical de Artic Monkeys? ¿Cómo justificar el “Second Coming” de The Stone Roses? Pues muy fácil: con la pegadiza “Joan Of Arc”.
Y llegamos a “Solomon Eagle” una de mis favoritas, una canción con un groove adictivo, como si Kasabian y Beastie Boys estuvieran de jam y cervezas en un antro de Leicester.
“Robin Hood” es puro The Clash o puro The Libertines depende de la edad que tengas…
“Sign Of The Times” es un corte arrastrado, con un punteo que marca un crescendo que va a más y más. Ecos de los Suede de “Dog Man Star” y quizás un guiño al Ryan Adams más británico.
El penúltimo corte, sigue mezclando estilos, la psicodelia de bandas como Kula Shaker o The Music con el Hip Hop y cierra con el típico corte acústico de Jamie con ecos de Ray Davies en otra brillante historia narrada por el británico.
Más maduro y seguro de sí mismo, Jamie T nos brinda el mejor disco de Septiembre, disco Le Cool del mes.