Vicent Gisbert

Vicent Gisbert, dejó las ciudades de Valencia y Castellón para trasladarse a Berlín, donde encontró residencia y trabajo. Basando sus producciones en el cuerpo, el movimiento y el lenguaje audiovisual, este artista llega los días 15 y 16 de junio a la Sala Carme con su nuevo espectáculo Arriba huele a campo, incluido en la programación de festival Tercera Setmana.

1.- Naciste en Ontinyent, pero trabajas y vives en Berlín ¿Cuáles fueron los motivos de tu partida?

Soy de Ontiyent, pero he vivido muchos años en Castellón y Valencia, y, básicamente, me fui buscando una experiencia a nivel personal y profesional: el vivir y trabajar en contacto con otra cultura, asumiendo las partes buenas y malas de esa situación.  En parte, también me moví un poco motivado por la situación que había hace unos cinco años, en 2011, en la ciudad de valencia. Bastante indignado con la situación política que había entonces, el cierre de festivales como el VEO, de salas como Manantiales, y la verdad, es que tenía ganas de aire fresco. Por eso, admiro mucho y respeto tanto a la gente que se quedó  y logró sobrevivir a todo lo que cayó en Valencia.

 2.- Sueles incluir diversas disciplinas artísticas en tus obras ¿Cómo son tus espectáculos?

Son difíciles de describir. Me gusta jugar con el formato de mis piezas, que no se puedan o no sean fáciles de etiquetar. Siempre tendemos a describir con una palabra lo que vamos a ver, escuchar…, y me gusta, cuando a veces, no es tan fácil. Tiene que ver, en parte, con las expectativas que tenemos cuando vamos a un teatro, y en ese sentido, deberíamos relajarnos un poco y no cuestionar las propuestas en base a lo que son.

3.- ¿Qué vas a ofrecer al Festival Tercera Setmana?

Lo que voy a ofrecer es mi última producción escénica que se llama Arriba huele a campo. En esta pieza, uno de mis principales objetivos es tratar la imagen y el sonido como elementos que potencien el uso de la imaginación para que cada uno pueda intervenir y relacionarse con mi propuesta de una manera personal. Siempre partiendo desde una puesta en escena muy sencilla, aunque técnicamente la pieza no lo será en ningún momento, para ir convirtiéndolo en algo extremadamente complejo y rígido. A mí  me fascina mucho el reto de convertir lo sencillo en difícil y me atrae mucho el momento en el que algo simple se transforma, que eso creo que también puede provocar cambios en el espectador. En referencia a los mundos de la imaginación, quiero, por ejemplo, pues involucrar al público, proponiéndole que vea cosas distintas a aquellas a las que está directamente expuesto, forzándole a que en ocasiones construya sus propias imágenes, haciéndole cómplice y manteniéndolo atento y curioso ante lo que le ofrezco. Me importa todo lo que inventamos para rellenar aquello que estamos viendo. También me interesa mucho tratar el proceso de la información que realizamos, el momento que percibimos con nuestros sentidos, quiero invitar con mi pieza a que cada uno viva ese proceso de una manera intensa generando muchas preguntas en su interior para responder, ya que concibo el patio de butacas como un lugar de trabajo y no un espacio para observar. Por ejemplo, haré uso de unos iconos, símbolos que son muy familiares y que serán proyectados en momentos del espectáculo, deseo que el público relacione la información que le ofrezco con la que tiene en su memoria, pero ubicaré esos símbolos en un contexto diferente sin que pierdan el significado que tienen. Habrá ciertas situaciones que carecen de sentido, pero, a medida que transcurre la pieza, iremos encontrando las herramientas para entenderlas.

4.- ¿Por qué participas?

Yo estrené mi pieza Arriba huele a campo a finales de enero de este año en Berlín y Salva Bolta se puso en contacto conmigo porque estaba muy interesado en programarla para el festival. A Salva, ya lo conocía porque participé en la ultima edición del Escena Contemporánea, con una pieza mía cuando él era director artístico. Nos pusimos en contacto, mandé toda la información de la pieza, les gustó y decidieron programarla dentro del festival.

5.- ¿Qué supone el festival para Valencia? ¿Y para ti?

Yo creo que supone una oportunidad para el público, para ver propuestas muy distintas, de más riesgo, menos riesgo, pequeño formato, gran formato, y además, viviendo todas esas propuestas de una manera muy intensa durante una semana. Creo que también es importante, sobre todo, para el sector artístico, porque un festival siempre da la oportunidad a que podamos presentar nuestros trabajos y que todo eso pueda generar, futuros trabajos, futuras conexiones con otras instituciones, con otros artistas…, y yo creo que también es una oportunidad para cambiar el concepto y la imagen de valencia, ya que este tipo de propuestas en los últimos cuatro o cinco años habían desaparecido.  Y pues, para mí, como ciudadano, son importantes este tipo de propuestas porque de alguna manera necesito sentirme identificado con la ciudad y el lugar donde vivo, y son necesarias en la sociedad en la que me desenvuelvo porque están más cercanas a la vida que yo llevo. Además significa mucha esperanza, ilusión, viendo que las cosas están cambiando en la ciudad, y para bien.

6.- ¿En qué se diferencia este festival de otros?

Yo creo que en la variedad de propuestas. Hay de más riesgo, menos riesgo, pequeño y gran formato, luego también hay piezas de calle, de circo, danza y teatro, pero la variedad es lo que diferencia al festival, lo que le puede hacer un festival diferente a otro tipo de festivales.

7.- ¿Cómo describirías la situación cultural valenciana?

Yo creo que están cambiando mucho las cosas. Siento mucha admiración por las instituciones que han aguantado el tirón como la Sala Carme Teatre, la Sala Inestable, Cabanyal Íntim… Además creo que la ciudad se está generando espacios como Las Naves o el Teatre El Musical, donde se están programando cosas muy interesantes, de riesgo, diferente a lo que se estaba programando en los últimos cuatro o cinco años.

8.- ¿Por qué animarías al público a ver Arriba huele a campo?

Yo siempre me planteo mis propuestas como una invitación, nunca como una imposición, no suelo dar en mis piezas muchas respuestas, sino generar muchas preguntas. Es una buena oportunidad para conectarse con uno mismo, para dejarse llevar por la imaginación a partir de los propios pensamientos de uno mismo, y para hacer un buen viaje.

// Miércoles 15 y Jueves 16 – 20:30h en Carme Teatro

// Entrada 12€

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