En esta pequeña ciudad que es Valencia a veces, y cada vez con más frecuencia, suceden cosas verdaderamente extraordinarias. Y digo extraordinarias, del latín extraordinarius, que según la RAE se define en una de sus acepciones como “fuera del orden o regla natural o común”. Y es que hablar de Aullido Atómico con Aullido Atómico conlleva ese puntito de riesgo. Sabes cómo empieza, pero jamás cómo va a acabar. Y sí, sus historias dan para horas y horas de charreta, para unas cuantas decenas de birras y unas buenas carcajadas.
La quedada en cuestión era para hablar de la presentación de su nuevo disco, Decadencia, editado por Discos de Perfil y distribuido por Folc Records, que sonará a todo volumen este viernes en el mega fiestón que han preparado junto a bandas amigas y pinchadiscos de reconocido prestigio en la sala Wah Wah.

Para quien (aún) no los conozca, Aullido Atómico son un trío valenciano formado por el polifacético Don Rogelio J (voz y guitarra), Jussi Folch (bajo) y Quique Gallo (batería). De estilo inclasificable, aunque por su bandcamp se puede leer trash&roll, ofrecen directos potentes y febriles, letras en castellano e historias de hoy, de ayer y de siempre. Un show mayúsculo con el que es imposible quedarse quieto.
Toda puesta en escena, y ellos bien lo saben, es de suma importancia, por lo que nuestro encuentro no podía darse en un lugar mejor: un chino cantonés (para chinos cantoneses) en pleno corazón del Chinatown valenciano. Y así, rodeados de arroz blanco, pato beijing, wanton frito y una enorme palangana de sopa con bolas de pescado paradójicamente rellenas de carne, nos pusimos a desgranar el disco, sus canciones, su grabación, a repasar su extensa gira por España y sus planes de futuro, a hablar de poesía rusa, de algo (poco) de política, de las stories de Instagram, de Pepe Rubianes y de Gloria Fuertes.
Pasen, lean, escuchen y, por supuesto, bailen. Bailen como si no hubiera mañana. Porque esto es lo que vas a encontrar en un directo de Aullido. Potencia, actitud, desmelene. Como si fuera el último concierto de sus vidas.
A pesar de que Decadencia da nombre a su tercer trabajo, este disco suena a todo menos a decadente. De hecho, creo que cualquiera que haya seguido la trayectoria de este trío estará de acuerdo conmigo. Pero como todo en la vida, Decadencia tiene su porqué. Y es que tal y como me cuentan Rogelio y Jussi “el nombre del disco es una crítica a lo que hemos vivido con el tema de las subvenciones artísticas. Presentas proyectos currados, cuidados y que gustan, pero no hay dinero. Presentas un folio garabateado y dices que tu proyecto es insulso, que solo quieres viajar por Europa, comer y beber gratis y ya tienes carta blanca para poder viajar, beber y comer gratis por toda Europa”. (Ojo cuidado que esto es historieta nueva, con interpretación incluída. Descanse en Paz la mítica batallita de los Perros de Moscú…).

Pero después de todo, sin subvención y sin más ayuda que tirando de contactos (y menudos contactos) podemos hablar de un disco redondo con el que han estado girando durante dos meses por toda España. “Petarla es el objetivo -dice Quique- y de momento estamos contentos porque es el disco que mejor acogida ha tenido de los tres. La respuesta está siendo brutal y está siendo la mejor gira que hemos hecho en cuanto a público y pelas”. Desde luego, grabarlo en La Mina ya auguraba buenos presagios. “Bueno es que esta vez hemos hecho las cosas como se supone que se tienen que hacer. Hay mucho curro detrás. Es la primera vez que hemos grabado con un tipo muy pro, como es Raúl Pérez de La Mina, y fue la bomba porque hubo feeling desde el minuto cero, hemos trabajado con una agencia de prensa, con un editor. Ha habido mucha peña currando de manera conjunta para la banda y eso es un todo que imaginamos que ha facilitado estos buenos resultados. A nivel estilístico estamos llegando a un punto bastante guay. Seguimos tocando, seguimos creando y el disco está de puta madre. Aunque la única verdad es que Quique ha tomado las riendas”, dice Rogelio entre risas, mientras intenta pescar las bolas gelatinosas de la sopa que preside la mesa.

Me flipan las letras de este nuevo disco. Fui una de las privilegiadas que pudo tener entre sus manos el disco recién salido del horno, cuando todavía humeaba, y escucharlo antes de que viera la luz (llevo aguantando a Quique más de 30 años, algún privilegio tenía que tener). Y debo reconocer que me he emocionado, camino a Pamplona en un viaje que era de todo menos festivo, cantando a voz en grito Coca Cola Revolution, Bandolero o Sueños Recurrentes. Y escuchando en bucle el disco, descubriendo las historias que se escondían detrás de cada canción, escuchando la voz de Rogelio, mucho más clara que en trabajos anteriores, los coros y esa potencia que suena a directo. Dice Rogelio que no es el disco más personal (aunque a mí sí me lo parece), que “todo lo que ha hecho Aullido tiene la misma filosofía pero ahora tenemos más herramientas para hacerlo mejor. Las letras funcionan mejor y esto se nota también a nivel de sonido y compositivo. Siempre hay algo muy pop, entendido pop por popular, sencillo, con un mínimo nivel poético. Me gusta mucho la poesía pero a nivel canción no quiero que peque de ser demasiado lírica. Quiero que cada canción cuente algo, que tenga ese punto de ironía, doble sentido pero sin pasarse. Desde siempre ha sido así, pero ahora puede que haya una doble lectura más interesante. Los temas siempre parten de un punto de la realidad, el origen es algo que existe y a partir de ahí genero una invención. Las letras son sencillas, directas, como los poemas de los poetas rusos o de Gloria Fuertes. No utilizan metáforas. Si quieren decir que está lloviendo o que están tristes lo dirán así, está lloviendo o estoy triste. En definitiva, las canciones son una genialidad”. Corroboro la cita.
Entre sus canciones favoritas, Rogelio y Jussi destacan Pesadillas Recurrentes. “En un principio puede parecer que es un tema que está de relleno pero realmente lo asienta todo”, comenta Jussi. Bandolero, sin embargo, es la preferida de Quique, “es el tema que mejor construido está. Me gustan mucho los coros, están muy bien metidos, tanto los de los estribillos como los finales, hay coros en falsete muy molones. La melodía de la voz me mola mucho. Es un tema que nos ha quedado redondo”.
VÍDEO COCA COLA REVOLUTION:
Coca Cola Revolution abre Decadencia y ha sido el tema elegido como single. El vídeo es una brutalidad. “Con este tema nos pasó algo un poco friqui -cuenta Quique- y es que lo estrenaron en la web de El País, en el Tentaciones y justo ese día todos los banners de publicidad de la página eran de Coca Cola”. Pero no es la única anécdota. Hincharon a paella a Raúl Pérez en Sevilla durante los días de grabación, y como apunta Jussi entre risas “hay otra cosa que parece que nadie se ha dado cuenta y es que hemos sacado con el disco todas las letras de las canciones, pero falta una, que se le olvidó meter a Rogelio, la de “Dentro del Vergel”, que justamente es la más polémica. Y luego como recuerdo bonito, un conciertazo que dimos en un pazo en Ortigueira, que fue muy guay porque el sitio se salía”.
Muchas veces nos empeñamos en encorsetar a los grupos bajo una etiqueta. Rockabilly, garage, punk… La verdad es que no sabría qué decir de Decadencia, porque podemos escuchar temas incluso con un toque latin que son justamente un puntazo y en esto coinciden los tres. “Muerte a los géneros. Muerte a los estilos. En el bolo del Wah Wah de presentación del disco hemos buscado precisamente eso, cero estilos y cero géneros. Grupos que no tenemos nada que ver los unos con los otros, igual que los pinchas. Estamos hartos de esa mierda. Nadie tiene que ver con nadie, pero todos tienen que ver con todos, porque al final, qué pasa, nos movemos todos por los mismos sitios, siempre es la misma peña la que va a los conciertos y hay que desembarazarse del lastre de las etiquetas. Eso te deconstruye, te limita para seguir creciendo, es como que te obliga a dedicarte a una sola cosa. Con una etiqueta no puedes evolucionar. Es una invención de la prensa musical del siglo pasado para intentar definir rápidamente y con una palabra el acto creativo, que es mucho más complejo que esto, más amplio, más rico”.

Valencia pone el broche final a una gira intensa, pero keep calm que esto no es todo amigos, después viene el Fuzzville, un concierto en Barcelona y alguna que otra fecha que irán cerrando sobre la marcha. Y lo mejor, tachán, tal y como me confirman y con esa hiperactividad que les caracteriza, en cuanto acaben con el bolo de este viernes se meten ya en lo que será su cuarto trabajo, que si el demonio lo permite, verá la luz el año que viene. Y seguirán rodando por España y puede que también repitan experiencia por tierras inglesas y visiten también Italia. Larga vida a Aullido Atómico. Fin de la cita.
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