Ca La Mar no es únicamente un sitio dónde ir a comer o cenar. Situado en el Cabanyal, este restaurante es un punto de encuentro de la gente del barrio, donde se percibe un ambiente familiar; algunos vecinos hablan en torno a la barra de la Semana Santa Marinera, otros de la webserie Cabanyal Z.
Está situado en una calle peatonal, en una zona muy tranquila, a 7 minutos andando de la playa de la Malvarrosa, así que el nombre del local se entiende perfectamente. Ca La Mar es un sitio acogedor, te sientes como en casa y a un paso de la playa. En el exterior tiene una terraza amplia, que ocupa un buen trozo de la calle peatonal, y el interior es muy luminoso porque han aprovechado todo el chaflán con ventanales. Las mesas son de madera, normales, sin pretensiones, las sillas de aquí y de allá, muy cómodas.
La sensación de familiaridad se hace más latente cuando empezamos a hablar con Mónica, que nos recomienda algunos platos de la carta. La oferta gastronómica nos gusta por su sencillez y por el toque de fusión de tapas españolas y árabes. Prima la calidad de los alimentos y una elaboración sencilla. Empezamos por unas Delicias del Cabanyal, que son unos rollitos de pollo y bacon, gratinados con un poco de queso. Tiernos y muy sabrosos, acompañados con una salsita de miel y curry. Mónica nos comenta que la gente lo pide mucho… le hacemos caso y… acertamos! Efectivamente es una delicia.
Seguimos con una Sopa Fría de Melón que tenían como plato del día (plato + bebida + postre a 7€) que nos ha sorprendido gratamente. Lleva un poco de queso crema flotando, una hojita de hierbabuena, un pedacito de melón, unas lonchas finas de jamón serrano y un toque de perejil. La textura es perfecta. Un plato sencillo, fresco y muy refrescante. Un 10 por la sencillez y la efectividad. Para acompañar el plato del día nos sacan un vino blanco de la casa (parece de Rueda), ni muy seco ni muy afrutado. Muy rico!
La Titaina es espectacular, tiene un sabor y color muy intensos, como la que preparaba mi abuela, aunque sin tonyina. El tomate cocinado a fuego lento, con su toque de pimiento verde y de piñones y su punto justo de aceite… Está tan bueno que te lo comes hasta sin pan!
Las Albóndigas de Bacalao, otro plato típico valenciano que por cierto combina perfectamente con la Titaina. Un poco de tomate sobre un trozo de albóndiga es una de esas delicias que no tiene parangón. Las albóndigas están muy suaves, se notan los trozos del bacalao bien desalado, el rebozado fino, crujiente y bien tostado. Vienen con una mayonesa de ajo casera.
Las Clóchinas, valencianas auténticas, que sólo sirven en temporada, se las lleva diariamente pescados El Bollo, directamente desde el mercado. Las preparan al estilo tradicional con limón, pimienta negra en grano y una hojita de laurel. Muy buenas, cosa que no se puede decir de la gran mayoría de lugares que las preparan, y el caldo, para los que nos gusta, ¡es lo mejor! Estoy convencida de que este bendito molusco tiene esa forma de doble cuchara para tomar el caldo de la cocción.
Por último tomamos una Tosta de Solomillo de Cerdo. Una rebanada de pan crujiente untada con queso roquefort, salpicada con unos trozos de nuez y una buena cantidad de solomillo de cerdo, bien tostado, aliñado con una picaeta de aceite, ajo y perejil, ajopere como aquí lo llaman. La combinación de sabores es muy buena y el pan aguanta bien el peso de la carne, que por cierto está muy tierna.
El remate final a una estupenda comida de tapeo llega con un postre casero hecho con harina de arroz llamado Farineta. El sabor está entre arroz con leche (por la textura y el toque de la harina de arroz) y natillas (hay un toque de galleta, aunque no la lleva), o más bien crema catalana, por el caramelo líquido que decora por encima el vasito donde viene servida la Farineta. ¡Molt bo!
Además de las cosas de carta, todas con una pinta muy apetitosa, tienen conservas como mejillones en escabeche o sardinas picantes para un aperitivo a cualquier hora. Ca la Mar es desde ya un lugar de referencia para nosotros en la zona del Cabanyal, y como queda a un tiro de piedra de la playa nos fuimos a bajar la comida al Paseo Marítimo. ¿Puede haber una forma mejor de acabar una estupenda comida?