Treinta grados y subiendo. Así que como el calor nos visita con ímpetu y prontitud, ¿qué mejor que refrescarnos con lo que parece ser el último hit en helados?
En el barrio de Velluters, a escasos minutos andando del Mercado Central, se encuentra IceCo Bar. Este pequeño local está decidido a cambiar el concepto de los helados al que estamos acostumbrados . Para ello se sirven de una plancha metálica helada y de una materia prima bastante sencilla y, lo que es más importante, natural: leche (de vaca o de soja) para la base y multitud de toppings y sabores como fruta fresca, galleta o virutas de chocolate, que permiten un montón de combinaciones. Puedes elegir tú mismo los ingredientes (dos sabores y tres toppings) o si te pilla en momento perezoso (oye, que con tanto calor puede pasar), puedes decantarte por una de las tres opciones cerradas que te proponen en IceCo Bar o por la receta de la semana. Además, cuentan con opción vegana y opción sin gluten. ¿Quién da más?
Pero sin duda alguna, lo que más me fascina es la curiosa manera en la que se prepara este particular refrigerio. Hipnótico. Se vierte la leche sobre la plancha helada, se le añade la fruta fresca o los ingredientes que hayas elegido y con un juego de muñecas que ni el más ducho en el futbolín, hacen una mezcla perfecta que culmina cuando, con ayuda de unas espátulas, la sirven en la tarrina a modo de rollitos. Luego solo queda añadir el topping elegido y voilà! Ya tienes tus rollos de helado listos para disfrutar. Todo en poco más de un minuto. Puro espectáculo.
Detrás de IceCo Bar está Benjamin Gomes, un parisino que conoció Valencia durante un día en vacaciones y quedó atrapado por el sol, la gente, nuestra gastronomía y la calidad de vida. Lleva desde enero con la aventura y de momento parece que su negocio va viento en popa a toda vela.
¿Y de dónde demonios se ha sacado Benjamin la idea de hacer helados enrollados? Pues nada más y nada menos que de Tailandia. Por lo visto es una de las street food que más está pegando en los países asiáticos, especialmente en Tailandia, donde se conoce con el nombre de Itim Pad. Exótico, fresquito y saludable. ¿Te animas a probarlo? Yo estoy deseando repetir la experiencia. ¡Ah, y encima son dog friendly!
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