Antes de escribir una palabra más debo hacer una pequeña confesión: soy fan, pero que muy muy fan, de Junior Franco, por lo tanto queridos lectores, avisados están, no esperen imparcialidad por mi parte en este modesto artículo porque no la van a encontrar.
Hoy escribo sobre uno de mis restaurantes favoritos de Valencia, un pequeño milagro gastronómico que el azar llevó al barrio del Carmen, primero bajo el nombre de Origen Clandestino, y que hoy, dos años más tarde, con algún cambio pero con la misma esencia, sigue enloqueciendo a paladares de aquí y de allá bajo el nombre de Paraíso Travel, taberna latina.

Pongámonos en situación. Junior Franco es un cocinero (y aventurero, me atrevería a añadir) colombiano, uno de esos tipos que cuando lo conoces -aún solo intercambiando unas pocas palabras con él- sabes que ha nacido con estrella y que sí o sí tiene que triunfar. No cabe un “no” por respuesta y eso es lo que transmite cada vez que te explica un plato, una elaboración o el cómo demonios ha acabado abriendo esta locura en forma de taberna latina en nuestra ciudad en lugar de en Madrid o Barcelona, siempre tan a la moda en las tendencias más cool del momento.

Como proyecto gastronómico, chapeau. La taberna está ubicada a escasos metros del Mercado Central, con todo lo que esto conlleva en cuanto a materia prima de excelente calidad. Producto de aquí y producto latinoamericano, que Junior trabaja con mimo y transforma en auténticas exquisiteces que te dejan con la lengua haciendo chiribitas. Combinaciones exóticas, sabores explosivos donde se mezcla el dulce, el picante, los salados, salsas que son para mojar y remojar, múltiples texturas y postres sorprendentes. Una cocina arriesgada, con propuestas atrevidas que maridan con una estupenda y original coctelería. Por favor, ¿alguien da más?

El local es pequeñito, por lo que es aconsejable reservar antes, pero ya desde que entras es puro espectáculo. Las mesas están dispuestas en la parte central y en los dos laterales se encuentran la barra y la cocina. Así que mientras comes no puedes dejar de mirar las manos de los cocineros preparando con esmero cada uno de los platos que van a servir a continuación. Y esto engancha. Y da envidia. Y te deja ensimismado. Te sientes parte de ese proceso creativo y oye, eso a los clientes nos hace sentir un poco especiales.


En cuanto a la carta, dispone de un menú degustación que vale la pena si es la primera vez que vas, ya que puedes hacerte una buena idea de lo que es Paraíso Travel. La carta es escueta pero coherente con el espíritu de Junior y lo que para él significa la gastronomía. Ceviches cartagenero y español, anguila, mejillones en salsa verde mexicana, latin crab, sorbete de mango con ostra… todo siempre con un toque especial, un mix de las recetas tradicionales colombianas, reinterpretadas y fusionadas con toques mediterráneos y asiáticos que tiene como resultado el que quieras seguir probando y descubriendo esos sabores que te presentan (y cuentan) en cada plato.


Ahora que está tan de moda esto de “vivir experiencias”, pues amigos, he aquí todo un lujo para los sentidos. Gusto, vista, olfato, oído y tacto, porque sí, ¡hay platos de esta taberna latina que se comen con las manos! No me puede gustar más. Hacedme caso. Comed y bebed y brindad en Paraíso Travel para que siga así por muchos años.