Ellos se definen como el punto de encuentro para los amantes del mediterráneo y va a ser que así es. La Casa de la Mar lleva menos de un año en la playa de la Patacona y es el lugar perfecto si lo que te mola es el surf y tomarte algo en un sitio bonito y bien cerca de la playa.
Detrás de La Casa de la Mar hay un grupo de surfistas que un buen día, animados por la escuela de surf Mediterranean Surf School, deciden poner en marcha un espacio dedicado a este deporte, al ocio y al mar.
Y es que aquí puedes apuntarte a alguno de los cursos que ofrece la escuela, tomarte una birra con los colegas, acudir a clases de yoga o ir a comer un sábado, como hicimos nosotros, el fin de semana pasado.
Algo habíamos oído sobre este lugar y aprovechando que fuimos a La Marina a la fiesta presentación del Surforama nos dejamos llevar por el rumor de la olas y nos acercamos a ver con nuestros propios ojos La Casa de la Mar. Y a catarla.
De buenas a primeras el espacio mola. Es una antigua nave de 1.200 metros cuadrados en los que conviven la escuela de surf, una tienda de ropa y accesorios y la parte dedicada a bar o cantina. Todo mono, con un diseño bien pensado, de maderita. Bastante cálido y acogedor.
Aunque al llegar vimos una paella presidiendo la barra yo quería algo más tipo fast food (es lo que tiene cuidarme tanto de lunes a viernes), así que nos decantamos por probar sus sandwiches. Pedimos el de pulled pork, el de salmón y el de pastrami. Todos van servidos con nachos.


La Casa de la Mar acoge, además, expos, organizan conciertos y mercadillos y un montón de actividades, incluidas actividades para niños.
Valencianos, valencianas, he aquí otro sitio molón a la voreta del mar donde, además, admiten mascotas.